La faloplastia y la metoidioplastia son dos procedimientos quirúrgicos utilizados para crear un pene en individuos asignados como mujeres al nacer (AFAB) que se identifican como hombres o no binarios. Sin embargo, los procedimientos difieren en varias formas.
La faloplastia implica construir un pene utilizando tejido de otras partes del cuerpo, como el antebrazo, el muslo o el abdomen. El cirujano crea un cuerpo del pene y un glande (cabeza) para el pene, y también crea una uretra para que el individuo pueda orinar a través del pene. La faloplastia suele ser un procedimiento de varias etapas que requiere varias cirugías a lo largo de varios meses o años.
Por otro lado, la metoidioplastia implica liberar el clítoris del tejido circundante para aumentar su tamaño y crear una estructura similar a un pene. El cirujano también crea una uretra para que el individuo pueda orinar a través del pene. La metoidioplastia suele ser un procedimiento de una sola etapa que lleva varias horas completar.
Hay ventajas y desventajas en ambos procedimientos. La faloplastia generalmente crea un pene más grande que la metoidioplastia y puede ser preferida por individuos que desean un pene de tamaño masculino más típico. Sin embargo, la faloplastia es un procedimiento más complejo e invasivo que involucra más cirugías y un tiempo de recuperación más prolongado. La metoidioplastia, por otro lado, es un procedimiento más simple con un tiempo de recuperación más corto, pero el pene resultante puede ser más pequeño de lo que algunos individuos desean.
En última instancia, la elección entre faloplastia y metoidioplastia depende de los objetivos y prioridades del individuo, así como de su anatomía y antecedentes médicos individuales. Es importante que las personas que consideren cualquiera de los procedimientos consulten con un cirujano calificado que pueda proporcionar información y orientación sobre la mejor opción para ellos.