Alba Perez Rodrigues

 

Una segunda oportunidad

La historia de Alba Pérez Rodrigues demuestra lo mucho que han mejorado las cosas para quienes desean someterse a una operación de confirmación de sexo.  Alba tiene 48 años y se operó hace veinte en España. Pero las complicaciones comenzaron y continuaron después. Sólo recientemente ha obtenido satisfacción y tranquilidad gracias a los tratamientos del Hospital Kamol.  

 

Ahora, dice Alba, "¡he recuperado la felicidad!". Todo ello supone un enorme cambio respecto a los miedos y la inseguridad que había sentido durante años. Esta sevillana, ahora segura de sí misma, se había desesperado por sus experiencias anteriores. Su cirugía inicial le había dejado cicatrices externas que le crearon heridas emocionales. Y no sólo eso, sino que el procedimiento en sí carecía de la sofisticación disponible hoy en día en los mejores hospitales. Le sobrevino angustia mental, disgusto, miedo e incluso depresión. Gracias a lo que encontró en el Hospital Kamol, esos sentimientos se han evaporado. Por la forma en que la saludaron los médicos, las enfermeras y el personal, y por las acogedoras instalaciones y la calidez de la gente, Alba supo que su recuperación emocional sería tan importante como la cirugía física. Y podía contar con el apoyo y la comprensión de todos los que la rodeaban. 

 

Los pacientes que desean someterse a una operación de confirmación de sexo lo hacen con distintos objetivos. Muchos buscan el estrellato y carreras glamurosas en los medios de comunicación. Otros buscan ganar confianza y felicidad en trabajos más tradicionales. Otros consideran que la operación complementa su trabajo en las artes y las ciencias. Pero todas ellas quieren afianzar su identidad y sentirse realizadas en su vida personal y emocional.

 

Este equilibrio en la vida, esta revelación de que las cosas pueden salir bien y las mujeres transexuales pueden crear vidas de logros y realizaciones es evidente en la historia de Alba. "Puedo decir que he vuelto a nacer", afirma Alba. Después de 20 años, cree que le esperan grandes cosas. Ahora es positiva sobre el futuro y su lugar en él.