"Otro camino tomado"
No todos los caminos de las artes escénicas conducen a la actuación en televisión y cine o hacia el modelaje. Las mujeres transexuales también se dedican a la danza. Y no sólo en danza contemporánea, sino en formas más tradicionales, como el ballet. Ayna es sólo un ejemplo. Pero tiene mucho éxito. Hoy es propietaria de un estudio de danza en Sydney (Australia). Sin embargo, es de origen sueco. Ayna estudió ballet en Alemania. Allí trabajó con John Neumeier, bailarín, coreógrafo y director del Ballet de Hamburgo, nacido en Estados Unidos.
Convertirse en bailarina hizo realidad los sueños de Ayna. Pero sentía que algo fallaba en su vida. Y sabía que aún le quedaba un sueño por perseguir. Para Ayna, eso significaba encontrar "la belleza en mi exterior y en mi interior". Someterse a la cirugía de confirmación de género le permitió hacer realidad también ese sueño. Pocas cosas en la vida requieren tanto equilibrio entre el exterior físico y el interior emocional como la danza. Para lograr algo auténtico en una actuación, el alma debe inspirar al cuerpo. La cirugía de confirmación de género de Ayna permitió esta armonía entre su forma exterior y su contenido interior. Le aportó confianza y plenitud en todos los sentidos imaginables.
En su vida cotidiana, Ayna es a la vez artista y profesora. Su estudio destaca porque también tiene espacio para alumnos adultos. Ayna ha tomado un camino diferente en la vida. Esto se aplica sobre todo a su propio futuro. Pero también se aplica a las personas a las que ahora enseña. Muchos de ellos están haciendo balance de sus deseos en la vida. Juntos, profesora y alumnos, saben que "para avanzar, hace falta confianza". Esto se aplica tanto a la pista de baile como al camino de la vida.